PAGINAS

Es un día cualquiera, entro en una vieja librería, ubicada en una calle céntrica de una ciudad que no reconozco, pero que por su orden no parece ser de este país ni de otro que se le parezca. Adentro los libros están colocados algunos en mesones, otros en estantes, las paredes están forradas de libros. Hay un viejo mostrador, de esos tipo barra , que son muy altos para que el dependiente sentado esté a la misma altura de los clientes que están de pie. No hay nadie más en la librería que está iluminada por la luz del día que entra por las grandes vidrieras por las cuales se puede ver dan a la avenida.

En el sitio solo está el librero de pie Junto al escritorio con un libro abierto entre sus manos, es un hombre alto, delgado, como de unos cincuenta y cinco años, con lentes redondos, traje marrón y un sombrero de esos que se veían en las películas de los años cincuenta, el libro que sostiene es grande, parece de aquellos libros de fotografías de paisajes pero sus tapas no tienen ningún colorido, podría decir que son sepia. El hombre no saluda, sigue concentrado en lo que parece ser su lectura, yo me le acerco y el al sentir que lo hago me dice, no con su voz sino con su mente:

-Este libro es maravilloso.-

Yo capto perfectamente su lenguaje telepático, sigo acercándome y miro la página que tiene abierta, hay en ella un paisaje, no es una foto, es una imagen viva, con movimiento y con profundidad, hay un jardín al frente y al fondo un bosquecillo, vagamente recuerdo un riachuelo o una pequeña laguna, es clara la imagen de un ciervo y de aves volando, el cielo no se alcanza a divisar dentro de el paisaje.

-Es increíble.- Le digo al librero mentalmente y en la misma forma me responde:

-No has visto nada.

Inmediatamente me entrega el libro y al tomarlo en mis manos siento que me adentro en el paisaje, comienzo a y flotar dentro de el y paso a ser parte del libro.