Rito

El sitio era el más absurdo, un taller mecánico en un barrio bajo de una ciudad que muy bien podía ser San Cristóbal. Las personas un grupo de jóvenes indígenas y sus padres. El hecho, una ceremonia de iniciación. Los varones jóvenes se ubican en piso un círculo mientras suena en un viejo equipo de sonido una música nada especial, que bien podía ser un vallenato o algo semejante. Dos niñas de unos catorce o quince años son las protagonistas, una es blanca de pelo claro, más bien grisaseo. Su belleza es la que le da la juventud, está alegre, pero nerviosa, la madre le entrega un ramo de rosas rojas, la joven desnuda su torso y cubre el pecho con las flores. Los adultos Permanecemos como espectadores mientras la muchacha empieza a entregar las flores una a una a los varones que están en el círculo.

 Mientras esto ocurre otra joven se prepara a hacer lo mismo, está en una especie de escalón que la ubica un poco más alto que los jóvenes del círculo, esta segunda es morena, de cabello castaño oscuro,  facciones traviesas y alegres. La madre está el CI preocupada por su hija, quiere que lo haga bien. La segunda chica para nada está nerviosa, se dispone a recibir las rosas rojas, dos varones jóvenes se desnudan y se paran al frente del escalón en una actitud enteramente normal que no denota ningún erotismo o malicia, de hecho en  su desnudez no están a la vista sus partes nobles, ellos  sólo hacen un papel de escoltas de la segunda joven que se dispone entregar las rosas a quienes permanecen en el círculo. El sueño termina antes de que la segunda joven descubra el torso.